Llegado el momento, lo primero y como buenos cocineros, nos hemos puesto nuestro delantal y nos hemos ido a lavar bien las manos.
A continuación, hemos preparado los ingredientes.
Y entonces sí que sí, era el momento de ponerse "manos a la obra".
Primero, hemos echado tres huevos.
Y ahora a batir con las varillas...
Después, hemos ido echando la harina, el azúcar y la levadura poco a poco...
Y por último, un poco de bebida de soja y aceite.
Una vez echado todos los ingredientes, había que batir y batir hasta mezclarlos bien y que no quedará ningún grumo.
Han trabajado en equipo, cuando se les cansaba el brazo se iban pasando el bol.
Al final han optado por mezclar todos a la vez.
Por último, le hemos llevado la mezcla a Arancha para echarlo todo en un mismo bol.
Algunos niños decían que si podían comerse ya las magdalenas...
¡Jajaja! les hemos explicado que ahora Leila y su mamá se lo llevaban a casa para hornearlo durante 15 minutos.
Mañana toca darle el último retoque a nuestras magdalenas; decorarlas.
Así que ya lo siento pero para ver el resultado y catarlas habrá que esperar...
¡Mmmmm! ¡Qué ganas de hincarle el diente!
Muchas gracias Arancha por el taller, ha sido realmente muy divertido y original. A los niños les ha encantado, sólo había que verles cómo se han implicado, se han portado fenomenal. Ha ido todo sobre ruedas.
Yo personalmente he disfrutado mucho viendo a mis "peques" cocinar y verles tan "entregados" en la tarea. Así que no descarto que volvamos a pringarnos las manos...
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