Es curioso ver cómo cada uno de ellos dibujan y pintan reflejando su personalidad y gustos. A los que les encanta el arte lo hacen con sumo cuidado, incluso se les ocurre hacer primero un boceto a lápiz, el que es más nervioso directamente se pone con el pincel y algunos, que terminado el bodegón reconocen que no les ha quedado demasiado bien.
Me he fijado que les cuesta mucho ajustarse al espacio del folio y que la mayoría dibujaban las frutas tal y cómo son en sus cabezas y no cómo son las que tenían enfrente.
El plátano tenía una pegatina y manchas negras y casi nadie lo ha pintado así...
Seguiré proponiendo pintar de este modo, para desarrollar en ellos la observación detallada y directa.
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